En su recuerdo y para glosar la pervivencia del mismo, sale a la luz esta obra para que el lector, niño o adulto, vuelva a soñar con sus aventuras de un personaje casi tan universal como El Quijote y se recree con una magnífica iconografía. Siempre nos quedará como proverbial la advertencia: “No digas mentiras, te va a crecer la nariz como a Pinocho”.